Pobreza y desnutrición infantil

El 65 % de los niños del Gran Santa Fe se encuentran en situación de extrema pobreza, mientras que en el Gran Rosario el 58,9 % de los niños menores de 14 años están en idéntica situación, según datos del INDEC (primer semestre 2004). La medición del INDEC del primer semestre de 2003 indicó que, de la población de menores sobre la población total en Santa Fe (26,8%), los menores pobres ocupan más de la mitad (51%). Los menores pobres no indigentes alcanzan el 22,1%, mientras que los menores pobres en indigencia llegaban al 29,6%. Hablar del agravamiento de los flagelos estructurales, del costo social como consecuencia del despiadado imperio de las políticas neoliberales acentuadas a diestra y siniestra desde mediados de los '70, implica concatenarlas, ponerlas sobre un mismo plano, puesto que unas llevan a otras, y todas devienen de la misma raíz. Ante la presencia de problemáticas sociales, se ha instalado cierto "acostumbramiento" público al tratamiento de temas tales como la desocupación y desempleo, la pobreza y marginalidad, entre otros; por tanto, pareciera que hablar en lo cotidiano de estos temas, no afecta más de lo que debiera a la sensibilidad popular -esa ambigua, contradictoria 'pulsión' social- la mayoría de las veces impulsiva, espontánea y apasionada, la misma que arengaba a la Junta Militar a llevar sus tropas a las Islas Malvinas congregada multitudinariamente en la Plaza de Mayo y que, más de 20 años después, tomaba el mismo escenario a fuerza de cacerolas enarbolando un estridente "Que se vayan todos".
Pero cuando la profundización de una problemática involucra a un sector tan vulnerable y sensible como el infantil, esa sensibilidad, que ya tiene incorporada las desalentadoras realidades de la crisis social, pareciera resentirse y flaquear: hablamos de nuestros niños, de los hijos nuevos de esta tierra, del futuro, del porvenir. Hablamos de los chicos en estado de extrema pobreza, de aquellos que están en la indigencia y dentro de cuadros de desnutrición.
El estado de situación de esta problemática en Santa Fe es preocupante. Primero, porque no hay estadísticas provinciales que midan con suficiente precisión la dimensión del problema de la pobreza y desnutrición infantil (lo que habla a todas luces de actitudes de ocultamiento desde los estamentos oficiales y de dispersión de la atención pública hacia otros puntos de interés informativo); segundo, porque los datos que permiten reflejar aproximadamente el flagelo, tanto del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) como relevamientos y sondeos de entidades intermedias, terminan siendo tristemente elocuentes: ¿Cómo es posible que en una de las provincias argentinas en la que más recursos y alimentos se generan, haya estimativamente más de 14 mil chicos desnutridos? ¿Qué 150 mil menores de 15 años estén desertando de la escuela ingresando al trabajo en negro?
El 65 % de los niños del Gran Santa Fe se encuentran en situación de extrema pobreza, mientras que en el Gran Rosario el 58,9 % de los niños menores de 14 años están en idéntica situación, según datos del INDEC (primer semestre 2004). La medición del INDEC del primer semestre de 2003 indicó que, de la población de menores sobre la población total en Santa Fe (26,8%), los menores pobres ocupan más de la mitad (51%). Los menores pobres no indigentes alcanzan el 22,1%, mientras que los menores pobres en indigencia llegaban al 29,6%.
Estos números se engrosaron en la medición que realizó el Instituto Nacional en el primer semestre de 2004. De la población de menores sobre la población total en el Gran Santa Fe (23.8%), el porcentaje de los menores pobres llegaba al 65,5% (un 13,8% más que en el anterior trimestre). Los menores pobres no indigentes alcanzaron el 31,5% (+9,4%). Los menores indigentes llegaron al 34.1% (+ 4,5%).
"Hemos pretendido desde el ámbito legislativo enfrentar con fuerza el flagelo, y conformamos una batería de iniciativas que no han tenido eco de parte del oficialismo", afirmó el diputado Marcelo Brignoni (Bloque Encuentro), impulsor de sendos proyectos relativos a la problemática infantil en la provincia. "Santa Fe carece de una base estadística que permita determinar con exactitud el cuadro de situación. Los datos que conocemos son del INDEC, que miden 28 conglomerados urbanos de la Argentina, con lo cual vemos por estos guarismos que el tema está muy preocupante en la provincia".
El legislador dijo además que "hubo un aumento explosivo de la deserción escolar y del trabajo infantil. En nuestro país, hay más de dos millones de chicos menores de 15 años que están en esta situación, de los cuales 150 mil son de nuestra provincia. Junto con Bahía Blanca, Santa Fe tiene el nivel más alto de pobreza infantil. Esto es alarmante y merece un tratamiento serio".
Con respecto a qué medidas adoptar para contrarrestar esta realidad, Brignoni sostuvo: "En primer lugar, la provincia necesita atención de la emergencia infantil; segundo, la conformación de una base estadística que permita saber con exactitud qué pasa en la provincia, cuántos niños pobres y desnutridos tenemos. Y después aplicar políticas integrales y universales que reconozcan, sobre estos patrones, los derechos de los niños a la salud, a la cobertura médica gratuita y a la educación".
"Acá no hablamos de un problema de recursos, puesto que hay dinero, sino de falta de gestión estatal. Sin ir más lejos, la provincia está teniendo al término de este año un sobrante de casi 800 millones de pesos. No hay manera de enfrentar esta situación sino es por la vía de una política de Estado y de una base estadística que nos permita establecer con exactitud cómo está la situación en Santa Fe, para luego enfrentarla", afirmó.
El concepto de Estado Benefactor ha muerto hace largo tiempo ya. La ausencia estatal, manifiesta en la falta de promoción de políticas integrativas y universales que reconozcan y resguarden los derechos infantiles (recordemos que la Convención sobre los derechos del Niño ha sido incorporada en la Carta Magna, es decir, tiene rango constitucional), trae aparejado estos dramáticos indicadores. Y esto, sumado al juego de ocultamientos, a la desidia y al poco compromiso político, no hacen más que conspirar contra iniciativas que busquen revertir -o al menos paliar- la pobreza y marginalidad infantil en Santa Fe. Un cambio en la conciencia política, una nueva intervención estatal de base programática que busque afrontar el problema, una serie de políticas públicas en salud, atención primaria, contención social, etc, no pueden hacerse esperar más. Porque la pobreza no espera: lenta y silenciosamente, destruye.